Mi padre no es un hombre como todos, es un músculo fuerte e impulsivo, un corazón que sólo tiene abrigo para cubrir pureza y limpiar todo. Él comprende todos nuestros pensamientos, nos cuida, nos libra de arrepentimientos. Aunque no sabemos ya retribuirlo. Deja, pues, papito, comienzo a vivirlo. Y es hoy, éste un día, que podrás oírlo. Ya sabes que versos, te puedo ofrecer; tómalos y léelos al atardecer. Es un homenaje pequeño hacia ti, pero la poesía duerme inquieta en mí. Papá, tú que sabes perdonar tan bien, besa a tus tres hijos, señal de querer. Es por todo a mi alcance que hablaría de ti, de tus sueños, consejos que perduran sin fin. De tus retos amargos y tus risas ligeras que compartes las horas, horas ya pasajeras, junto a tu hogar que goza Paz y Amor por doquiera. Ana María Zacagnino En la voz de Roberto Saldí (Locutor de Radio Nacional Argentina) :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-: No está permitido el uso y la copia del material escrito, gráfico y auditivo sin previa autorización de la autora