Porque siento celos por tu gran nobleza, porque en esa senda feliz te encontré y la seriedad que siempre demuestras millares de cosas, donde aquí no hallé. Porque en el momento de enfrentar tu cara cobijo la mía, cobarde ademán, pues tu ojos negros me intrigan... me hieren, tampoco a tus labios no los oí hablar. Conversar conmigo una sola frase, tal vez es muy poco mi pedido hoy, oir de tus labios palabra cordial ya que me superan estas ganas locas de llegar al fondo ya, de la verdad. Porque tú me mires y yo te responda, por eso tan solo sentiría paz, ya que tú no sabes, y no lo imaginas, que muy tempranito te voy a llamar para agradecer lo mucho que has hecho por  una mujer amiga… ¡Que nunca te olvidará!   Ana Maria Zacagnino :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-: No está permitido el uso y la copia del material escrito, gráfico y auditivo sin previa autorización de la autora

                    




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