Que no debo más llorar,
siempre me pides amigo,
cuando gimiendo te digo
que no la puedo olvidar.
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Me dices: No hay que gastar
lágrimas por una ingrata,
que el amor a nadie mata,
y es muy fácil de curar.
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No me quieres escuchar,
la razón de mi quebranto,
crees que mi áspero llanto,
otro amor lo hará callar.
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No puedes imaginar
lo que anida éste mi pecho,
no soy nada, estoy deshecho,
sólo me da por llorar.
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Que el tiempo sabe borrar,
me consuelas insistente,
el tiempo pasa y mi mente,
más lo vuelve a recordar.
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Que cómodo aconsejar
cuando es del otro la pena,
cuando es la lágrima ajena,
¿Alguien podrá calcular?.
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Déjame aquí suspirar
hasta ahogarme con mi llanto
es que la amo tanto... tanto
y porqué no he de llorar.
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Lloraré porque sé amar
con lo más hondo de mi alma
mi corazón no halla calma
ya deja... de palpitar.
Autor: Eliseo León Pretell
Derechos reservados
E-mail: eliseoleonpretell@hotmail.com
Te dejo llorar amigo…
Pues tus lágrimas escapan.
Y el amor nunca se mata...
Siempre busca su lugar.
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Suspira, ahoga tu llanto…
Que sientes muy dentro tuyo.
Yo solo seré un alivio
Si necesitas mi canto.
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Pues cantando calmarás.
Todo áspero quebranto…
Y si hoy la amas tanto…
No la olvidarás jamás.
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Más si el amor se apagara...
Tranquiliza ese tesoro.
¡Pues Tu Corazón de Oro
He de siempre consolar!
Autora: Ana María Zacagnino
DerechosReservados
Argentina-Perú
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