En lo bueno y lo malo de ésta vida,
pienso que no todos somos iguales,
si alguna vez tú me necesitas,
hallarás mi mano tendida a tu lado.
Siento maldad en ése ser humano,
que desconoce el trino de la aves,
ellas buscan refugio en sus nidos
y comparten calor con su plumaje.
Pienso mucho en un mundo mejor,
sin pobreza, pues nacemos iguales,
la miseria el alma corroe
al niño, la mujer y el anciano.
¿Tú piensas en la felicidad?
pues debes repartirla a manos llenas,
muchas personas esperan de ti
una sonrisa y una palabra buena.
Pienso en las ingratitudes,
que laceran el alma y causan daño,
si todos llegamos a este mundo
desnudos, como así nos vamos.
Amigo ponte en un instante,
en la piel de quien has despreciado,
ámalo mucho pues es un hermano,
que ha llegado como tú a amarnos.
Hace siglos pensó Jesús
en redimirnos y nos ha salvado,
¡demos gracias por todo en esta vida
sin pensar que un día lo pensamos!
Ana María Zacagnino
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