En una tarde de enero,
caminaba por la playa.
Bajo los rayos dorados,
azul celeste... las aguas.
De la mano de mi amor
Sobre la arena mojada...
Nos hizo suyo a los dos
el deseo envuelto en llama.
En ese mar le entregué
La esencia de mi pasión
Para saciar la gran sed
Que sentíamos los dos.
Una tarde que no olvido
Mi sensación de brindarle
Mi piel aterciopelada
Entre olas exultantes.
¡Qué belleza en ese día!
Hasta que el sol se escondió...
y lejos el horizonte
En la vida nos unió.
Ana María Zacagnino
Derechos Registrados
(En la voz de Luciano)
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