Reconocer verdades humanas aquí y en el más allá. Esa verdad que pretende elevarse siempre más . Pocos serán los que vean, al Supremo Redentor, pues aquí y en este mundo… No dan las gracias a Dios. Esos seres que se lloran y mienten por donde van, son los seres más pequeños... Llenos de infelicidad. Esos otros que maldicen y ya levantan su mano No merecen ser amados Como los otros hermanos. Son indignos de la gracia, Son indignos de la dicha Dios perdónalos... pues siempre, ¡Deben cumplir la consigna! Ana María Zacagnino

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