¡Recuerdas amigo, los días aquellos
en que ambos cursamos
nuestra escuela amada!
Quién iba a decir que pasado el tiempo
ambos recordáramos la senda pasada...
pues ya nuestras vidas estaban signadas.
Los padres amigos, abuelos también,
más tarde llegamos nosotros a ver
y vivir alegres, antes y después.
Bello reencuentro tras de varios años,
vidas conformadas, con hijos hermosos
y un ángel muy tierno nos unió con gozo.
La vida es tan dulce amigo del alma,
sólo hay que saber disfrutar su calma
y bailarla siempre con Fe y Esperanza.
Amistad sincera, amistad de siempre,
nadie podrá nunca aislar lo que sienten
¡Dos seres unidos que jamás se mienten!
@Ana María Zacagnino
Derechos Registrados
(En la voz de la Autora)
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