Si pudiera contarte, hijo mío,
cuantas veces soñé que tú llegabas,
sintiendo un ángel en mi vientre,
esperando y deseando, imaginaba.
Cuando naciste, lo supe enseguida,
la hora de encontrarnos era esa,
juntamos nuestras almas y el abrazo
unió a mi vida la ternura tuya.
Puedo decirte ahora, con certeza,
mi corazón anhelaba tu presencia,
soy más feliz muy junto a tu tibieza,
soy más humana si te siento cerca.
En este día celebras con alegría
ser un hombre derecho, inteligente...
te amo mucho, eres mi presente,
¡así lo siente mi alma y mi mente!
Ana Maria Zacagnino
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