Ese sonido del mar que apasiona
nuestro ser como cántaro fresco,
el hermoso vaivén de las olas
que rememoro hoy en estos versos.
El paisaje de playas desiertas,
en un día fresco de verano,
una senda de calles angostas,
el andar de dos seres humanos.
Horas idas que evoco y recuerdo
cual alegrías aun hoy latentes,
tiempo de divagar sobre los tiernos
caminos que surcan nuestra mente
Mente clara, profundos pensamientos,
sensatez de hombre honrado… incertidumbre,
laberintos y besos en el viento
y pasiones que siempre los alumbren.
ese mar fue cómplice de dos almas
y también fue testigo de esos pasos,
hoy quedaron para siempre unidas
en amados y profundos lazos.
@Ana María Zacagnino
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