Tengo mis manos vacías,
esperando impacientes,
el amor de las tuyas...
Dejando de ser frías
Observo el horizonte,
miro la oscuridad
desvanecerse en ti
en la inmensidad
Siento el viento tibio,
posarse en mi rostro,
acariciando mis mejillas
pero aún mis manos
se encuentran vacías...
Dejo escapar un suspiro
a través de la ventana
para que llegue
hasta tu almohada...
Observo las estrellas,
iluminando los mares de plata
que fugaces alumbran las almas,
intentando sumergirse
entre sus aguas.
Y... aún mis manos
se encuentran vacías…
Esperando impacientes
¡El amor que ansían!
Ana María Zacagnino
Derechos Registrados
(En la voz de la Autora)
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