A un lado del puente,
con pasión vehemente
te sentí llegar sigilosamente,
la luna vestía
la noche de sueños,
yo te sonreía
y te daba besos.
Mientras, en lo alto
las estrellas brillaban
celando el encuentro
que ellas esperaban.
Cruzaste tú el puente,
llegaste a mi ser
llevando tus manos
a mi suave piel.
Besos compartimos,
pasión en las almas,
dos seres unidos,
sintiendo amarrados
sus cuerpos sedientos...
de amor y esperanzas.
Ana María Zacagnino
Derechos Registrados
|