Con mi Alma hecha jirones,
lo traté de comprender
en la ofensa que han de hacer
ellas, mis preocupaciones.
Vale más la indeferencia,
que el saber mortificar,
pues yo por mucho esperar,
me incliné sin darme cuenta.
¡Alma! ¡por el bien del cielo!
¿quieres tú quedarte en paz?
alma, yo no te comprendo
ni escucho yo tu cantar.
Nunca te inclines por mucho,
nunca escondas tu saber,
mantente siempre distante
y evitarás el caer.
Alma sola de mujer,
corazón envuelto en nieve,
tienes tú que comprender
que el deber es el que puede.
Al tiempo que así mejores
tu estado libre de unión,
al haber separación
desencadenes tu olvido.
A ese tiempo di tu amigo
y al olvido, ocupación.
Ana María Zacagnino
En la voz de Roberto Saldí
(Locutor de Radio Nacional Argentina)
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:
No está permitido el uso y la copia
del material escrito, gráfico y auditivo
sin previa autorización de la autora
|