Con mi Alma hecha jirones, lo traté de comprender en la ofensa que han de hacer ellas, mis preocupaciones. Vale más la indeferencia, que el saber mortificar, pues yo por mucho esperar, me incliné sin darme cuenta. ¡Alma! ¡por el bien del cielo! ¿quieres tú quedarte en paz? alma, yo no te comprendo ni escucho yo tu cantar. Nunca te inclines por mucho, nunca escondas tu saber, mantente siempre distante y evitarás el caer. Alma sola de mujer, corazón envuelto en nieve, tienes tú que comprender que el deber es el que puede. Al tiempo que así mejores tu estado libre de unión, al haber separación desencadenes tu olvido. A ese tiempo di tu amigo y al olvido, ocupación. Ana María Zacagnino En la voz de Roberto Saldí (Locutor de Radio Nacional Argentina) :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-: No está permitido el uso y la copia del material escrito, gráfico y auditivo sin previa autorización de la autora








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