El sauce es muy querendón
pues besa siempre a los ríos
es perenne y es sombrío
y lleva siempre un gran don.
Ese don que Dios le dio,
para acariciar sus aguas
ese "brillo Superior"
con el que siempre soñó.
Eres como yo te aprecio,
y es por eso que te canto
y de los demás me aparto
para contemplar tus sueños.
Esos, que también son míos,
sauce bueno y compañero
que da sombra a los bravíos
temporales y aguaceros.
¡Arbolito tan sufrido!
como así también mi vida,
te quiero siempre conmigo
como también lo he sentido.
Ana María Zacagnino
(En la voz de la Autora)
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