Si es que Dios te ha enviado, Madre mía, a que oigan los seres de esta tierra. ¡Bendita Madre! Yo te siento unida a mi mismo cuerpo y en mi senda. No te apartes jamás tú de mi lado pues en ti he valorado todo sano, pureza, que tú llevas en las manos y un Dios que no se aparta de lo humano. Haz que el Señor proteja lo que guardo y a todos los que quiero, que son muchos.... haz por favor, que todo lo que escucho ¡sea a ti, inmensamente claro! Ana María Zacagnino (En la voz de la Autora)



            




imagen facilitada por "Ana María Zacagnino"
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