Tú eres de aquel mundo,
yo de éste.
Esperándote estoy,
aunque me cueste.
Tú aspiras seriedad
y yo anhelos
que incorporan en sí
su desconsuelo.
Ayer tú me miraste,
fue un instante.
Luego tus frases fueron
susurrantes…
Has pasado a mi lado
hoy, otro día.
Que tus labios no entonan
para mí melodías.
Vana ilusión la mía,
aquella fue.
a pesar de alejarse…
no he perdido la fe.
¿Acaso ignoras que alguien
te pueda dedicar
frasecillas rimadas...
apaciguando su mal?
¿Acaso tú no sabes,
que hay alguien que es feliz
al oír de tus granas
un matiz?
Para que tú comprendas
mi dulce sensación,
te bastará un saludo
y verás mi corazón.
Luego… será,
la vida es rara,
luego… te irás...
no queda nada.
Te sientes muy seguro,
quizás aciertes,
el laberinto humano
es inconsciente.
Tú eres de aquel mundo,
yo de éste.
Esperándote estoy
aunque me cueste.
Ana María Zacagnino
(En la voz de la Autora)
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:
No está permitido el uso y la copia
del material escrito, gráfico y auditivo
sin previa autorización de la autora
|