Si el Universo se abriera
dejaría en sus pasivas,
hermosas, felices calles
sembradas como detalles
millones de cuentos nuevos.
Fantasías del espíritu,
optimismo, ingenuidad,
hay infelices ¿verdad?
que apreciarlo no lo saben,
atiende al que bien te alabe
mas no le des santidad.
Rincón que en penumbra ahora
por siempre y siempre estarás.
Manojito de humildad,
deja que yo te sonría.
La sonrisa es alegría
del humilde y del capaz.
¿Piensas en un mundo libre?
o ¿acaso recuerdas otro
donde el sol no predomina?
ya tu mente se encamina
hacia una triste ribera,
donde una luna gigante,
tanto o más que un disco de oro
macizo, fuerte y sonoro,
aparece en primavera.
Un cielo azul cubre el río,
lo cobija con sus nubes.
Maravillas que uno elude
cuando no conoce el mundo,
pues para hollarlo es profundo
pero no hay que desmayar,
en la vida hay que aprender.
Una gaviota de mar
no siempre suele escapar.
Ana María Zacagnino
(En la voz de la Autora)
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