La noche es la dueña
de mi amor intenso,
y en ella yo vuelco
mi vana ilusión.
En la noche, sola,
en tardes de invierno...
y hasta en las mañanas
pobladas de sol.
Sin dueño, sin rumbo...
pienso, sueño, lloro,
quisiera esta noche
poder encontrar
mi espíritu loco.
Poder preguntar
pues, ¿por qué te evoco?
a ti, que hace años
no le hablan mis labios,
ni le ven mis ojos.
Dime ¿por qué sueño?
es la noche culpable
de mi amor imposible,
de mis ansias soñadas
y de llanto temible.
Él es sólo un recuerdo,
una vaga ironía,
una pasión soñada.
Noche... melancolía,
ideas de vivir
con él y para él.
Palabras quiero oír,
de sus labios y ser
esa voz que es hombría,
el rostro, caballero,
su paz y su armonía,
y su amor verdadero.
La noche es la dueña,
de mi amor intenso,
y en la noche vuelco,
mi vana ilusión.
Quisiera saber si oyes mi plegaria,
o... ¿he de repetirla para ti, mi amor?
@Ana María Zacagnino
Derechos Registrados
En la voz de Roberto Saldí
(Locutor de Radio Nacional Argentina)
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