Como el triste huracán
que sepulta las vidas,
como las nubes negras
que por el cielo van.
Así, vagando siempre
mi alma entristecida,
me mira y se pregunta
¿Dónde lo encontrará?
¡Ay de ti! si no sabes
mantener el secreto
que tu alma resguarda
como cancel sin llave.
¡Ay de ti! si ellos quieren
que tu vida sea amarga,
los senderos sin luz
y un triste que decae.
Como el inmenso Cielo,
que despunta la aurora
con Fe y con esperanza,
anuncia tus desvelos.
Mirando hacia el futuro,
la sombra bienhechora
que marcará el camino,
que ha de seguir seguro.
La vida que comienza
para ti en un instante
se adhiere ya a tu cuerpo,
como la providencia.
Así el hombre vive errante
como seres de otro mundo,
hasta el día en que los dos
ya no son más vagabundos.
Ana María Zacagnino
(En la voz de la Autora)
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