¿Será cierto, Dios mío
que tras mucho penar,
haya llegado ahora,
el momento de amar?
¿Será cierto paloma?
tú que sabes volar,
vé y dile que me busque,
indícale el lugar.
Florecillas silvestres,
que a mi paso darán
sus caritas lozanas.
¿Será cierto el cantar?
Tantas negras mentiras,
indignas son de mí,
indignas son y tantas,
que ya no tienen fin.
Dime rosa del prado,
¿lo has oído cantar
a tus frescos rosales,
su pregón matinal?
Óyeme flor de ceibo,
color de corazón...
¿a ti te lo han contado?
¿y has sentido rubor?
Arroyo cristalino
que descendiendo vas,
¿qué murmullo acarrean
tus aguas al pasar?
Mi alma, fue indecisa
pero oyó su cantar,
sintió la leve brisa
de sus labios rozar.
Su imagen, ella sola,
es la que siempre está.
Su figura, su nombre,
buscándole andarán.
¿Sabés acaso tú,
si es cierta esta ilusión?
¿o es tan vana y tan leve,
que el viento la arrastró?
Ni yo, ni tú, ni nadie,
en la tierra quizá,
pero alguien en los cielos,
por cierto lo sabrá.
¡Le quiero!, ¿así se dice?
son palabras de amor,
pero que nunca quise
demostrar con fervor.
Ha llegado el gran día,
indeciso, quizá...
¡Dios mío! ¿será cierto,
el momento de amar?...
Al observar tus ojos...
adiviné tu voz.
Al observar tus labios...
adiviné tu amor.
Ana María Zacagnino
En la voz de Roberto Saldí
(Locutor de Radio Nacional Argentina)
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