A todos los compañeros
que constantes sin cesar,
han llegado a nuestras vidas
ocupando un gran lugar.
Quiero que sepan que siempre
habitarán nuestro hogar,
con el cariño constante...
que les podemos brindar.
Debo dar gracias a todos...
en nombre nuestro y de Dios
que permitió a nuestros hijos
un futuro superior.
Hoy me alejo pero siempre
compartiremos su amor,
pues mucho nos ayudaron
en momentos de dolor.
Nunca se olvidan los gestos
que son dignos de copiar.
Nunca se olvidan las penas
mas alguna hay que olvidar.
Todo lo nuestro ya es vuestro
pues lo han sabido ganar
tal vez con una palabra,
a veces con un chillar,
pero siempre, siempre unidos...
por toda la eternidad.
Ana María Zacagnino
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:
No está permitido el uso y la copia
del material escrito, gráfico y auditivo
sin previa autorización de la autora