A todos los compañeros que constantes sin cesar, han llegado a nuestras vidas ocupando un gran lugar. Quiero que sepan que siempre habitarán nuestro hogar, con el cariño constante... que les podemos brindar. Debo dar gracias a todos... en nombre nuestro y de Dios que permitió a nuestros hijos un futuro superior. Hoy me alejo pero siempre compartiremos su amor, pues mucho nos ayudaron en momentos de dolor. Nunca se olvidan los gestos que son dignos de copiar. Nunca se olvidan las penas mas alguna hay que olvidar. Todo lo nuestro ya es vuestro pues lo han sabido ganar tal vez con una palabra, a veces con un chillar, pero siempre, siempre unidos... por toda la eternidad. Ana María Zacagnino :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-: No está permitido el uso y la copia del material escrito, gráfico y auditivo sin previa autorización de la autora



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