Hoy he abierto los ojos, he contemplado tu rostro, ¡No te veo!, pero te siento, latente, lleno de vida, a mi lado. ¡Buenos días!, mi amor, ¡Cuánto daría por tenerte aquí! mirar el rostro tan amado, lleno de dulzura y frenesí. Estrechar tu cuerpo contra el mío, murmurando palabras de amor, diciendo llena de gozo ¡qué bello despertar, Señor! ¿Sabes, Grego? me siento nueva, mi espíritu está lleno, ansiando y recordando tu amor. Te estuve contemplando antes de marcharte, te estuve mirando, te estuve amando ¡sí, amando intensamente! Ese rostro tan divino, perfecto, humano, tan humilde, tan sencillo. Tus ojos luminosos, se volvieron a mirarme Me contemplabas ilusionado, tu rostro sonrió y viniste a acariciarme. me amaste con ternura, bello, intenso, pleno enamorado. Tienes los ojos verdes, como dos gotas de esmeraldas, son dos estrellas en una mañana, se despiertan en un mar lleno de calma. Quisiera clavarme en el alma, esos dos luceros que me radian, quisiera morirme amándolos cuando al final mi hora llegara. Quisiera que esos dos ojos verdes, nunca dejaran de mirarme, contemplándome continuamente en ellos como si fueran dos rayos solares. Katy Dominguez




                            






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